“Cuando Pablo les impuso las manos, descendió sobre ellos el Espíritu Santo”
Hech 19, 1-8; Sal 67; Jn 16, 29-33.
Estamos convocados a un Sínodo de la Iglesia, estamos ya en camino y el Espíritu Santo está descendiendo sobre nosotros. Estamos viviendo una Primavera Eclesial, la vida florece, se multiplica, “hablamos lenguas desconocidas y profetizamos”. Profeta es el que habla en nombre de Dios, es el amigo de Dios, su confidente y su portavoz.
Todo esto nos pide ser como Nuestro Maestro: caminar juntos sabiendo que tenemos una común dignidad y misión como bautizados, trabajando por armonizar la riqueza de nuestros carismas, nuestras vocaciones y nuestros ministerios.
Para esto necesitamos reunirnos en Asamblea, participar activamente, observar, escuchar, encontrarnos, dialogar, soñar juntos, discernir, actuar, estar cercanos unos de otros.
Todo esto es muy ambicioso, difícil, provocativo…
¿Cómo te sientes ante esta realidad? ¿Sientes miedo? Yo sí, me siento rebasada, impotente. Pero pensemos juntos: Él está con nosotros en esta Primavera Eclesial y, siendo objetivos, sabemos que vamos a encontrar grandes desafíos, empezando con nosotros mismos, la familia, la sociedad que va por otros caminos. Caminemos juntos con un amor humilde y sencillo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Luisa Fuentes Quesada HC
0 comentarios