Madre mía, eterna eres,
porque un mundo con amistad quieres.
Bella flor del mundo,
eres la estrella que alumbra mi vida
y que mi espíritu abriga.
Cuando se encuentra mi alma abatida
a ti levanto mis ojos, madre mía,
eres la luz que guía mis pasos.
Madre, amiga, modelo de mi vida.
María, eres, tú, ejemplo de vida,
eres, tú, madre valiente y auténtica.
A ti vengo, madre, con alegría
a reconocer en ti el amor que me guía.
Permíteme, madre mía,
que mi vida se refleje en tu vida.
Autor: Mateo Raúl Torres Vizarreta.
Colegio Parroquial San Vicente de Paúl – Surquillo, Perú.
6º grado, sección “A”.
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