“El Señor es amigo de su pueblo”
Hech 16, 11-15; Sal 149; Jn 15, 26-16, 4.
Amistad es salir de sí para que el otro crezca.
Dios salió de sí enviando a su Hijo Jesús para llegar, personal e íntimamente, a cada uno de sus hijos. Como venimos diciendo, la amistad que busca Jesús es la relación tú a tú, persona a persona. El fruto de esta relación amorosa y creadora es que yo salga de mí para que el otro crezca. ¿Y quién es ese otro? Mi esposa, mi esposo, mi hijo, mi hija, mi compañero de clase, mi compañera de trabajo, mi hermano pobre, mi compañero del Metro… comenzando por los más próximos.
“Ya no los llamo siervos, los llamo amigos. porque les he dado a conocer lo que recibí de mi Padre”. Jesús es amigo, quiere serlo, pero respeta tu libertad, tu consentimiento.
¿Qué decides? ¿Qué amistad escoges? ¿Qué fruto quieres dar?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Luisa Fuentes Quesada HC
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