“La única obra que Diof quiere ef que crean en aquel que Él ha enviado”
Hech 6, 8-15; Sal 118; Jn 6, 22-29.
Ayer una chica quedó atrapada a oscuras en un elevador; ¡qué angustia! Recordó que en su bolsa traía una cajita de cerillos y prendió uno; ¡qué alivio! Así es la fe, una luz que ilumina la oscuridad.
La Palabra de Dios nos dice que creer es dar una respuesta libre y amorosa con la mente, el corazón y con toda la persona, a la acción salvadora de Dios que nos ofrece Jesús. Nos acompaña en esta aventura un amigo incondicional: el Espíritu Santo.
En silencio entra en tu corazón y escucha. Si estás atenta, atento, vas a comenzar a percibir una luz, un viento suave; viene del Espíritu. Dile humilde y sencillamente lo que sientes, lo que te viene de dentro, aunque sea algo desagradable, no tengas miedo. Su mirada es tierna y misericordiosa, Él no te juzga, te sana. Puede ser que la respuesta que esperas no sea inmediata, pero cuando llega te ayuda a crecer, a ser libre, te abre a los demás…
¿Tienes dudas? ¡Qué bueno!, te ayudan a profundizar más. Decídete, eres libre de decir sí o no. Sé valiente, arriésgate y verás. María está siempre a tu lado con su ternura: “¿no estoy yo aquí que soy tu Madre?”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Luisa Fuentes Quesada HC
0 comentarios