«Si la mirada recorre las regiones de nuestro planeta, enseguida nos damos cuenta de que la humanidad ha defraudado las expectativas divinas» (Papa Francisco – Laudato Si 61).
Sisin Tara kiamp (Wahabisban), 3 de abril de 2022
La Pastoral de Tierra y Medio Ambiente de la Vicaría de La Moskitia, Diócesis de Trujillo, considera como su obligación moral dar a conocer a la nación la problemática de la invasión tierras indígenas en La Moskitia y la destrucción cada vez más acelerada del medio ambiente en nuestra área.
Históricamente, La Moskitia siempre ha sido una zona de migraciones internas, de colonos, de familias de otras zonas de Honduras, que han venido a instalarse en este territorio indígena, muchos de los cuales se han ido integrando en las comunidades indígenas (miskitas, tawahkas o pech), que las han acogido con generosidad, dándoles la tierra necesaria para satisfacer sus necesidades, y haciéndoles parte de su pueblo, de su familia y de su cultura.
Sin embargo, actualmente asistimos a un proceso de migración diferente, que no busca la integración, y se comporta como una invasión del territorio, acaparando grandes superficies del territorio indígena y provocando el desplazamiento y el despojo de sus habitantes del territorio que por derecho ancestral le pertenece.
Esta migración invasora ganadera, que actúa como un frente organizado, es una amenaza violenta para las poblaciones; ya que, va invadiendo grandes áreas de montaña virgen, esencial para la supervivencia de los pueblos indígenas, e incluso áreas de cultivo de las comunidades; convirtiendo todas estas tierras en pastizales para el ganado. Destruyendo así la naturaleza y todo el ecosistema en que se fundamenta la vida de los pueblos indígenas de La Moskitia. En muchos casos, un solo colono invade y acapara más tierra de la que necesitan varios pueblos miskitos para sus cultivos de arroz, frijol, yuca… y otros alimentos básicos. Todo ello está sometiendo a gran presión a algunas comunidades que ya no cuentan con tierras suficientes para continuar con el sistema de cultivos rotativos que han usado tradicionalmente. No podemos dejar de preguntarnos: ¿es esto justo?
Este problema se agrava por el narcotráfico, que encuentra en la apropiación de grandes áreas de tierra, y su transformación en pastos o monocultivos, un medio de blanquear los beneficios obtenidos con el tráfico de drogas.
Las organizaciones indígenas consiguieron en 2013 del Gobierno de Honduras los títulos de propiedad de su territorio, dividido en los diferentes Consejos Territoriales; pero la práctica ha demostrado que esta propiedad solo se da en el papel, ya que no se han articulado los mecanismos necesarios para hacerla efectiva. Es más, se ha venido dando una duplicidad de poderes y funciones entre los organismos estatales, municipales y las organizaciones indígenas, especialmente los Consejos Territoriales, que han hecho de La Moskitia un lugar bastante “ingobernable”.
Todavía más grave, en este punto, son las acusaciones recibidas por algunos dirigentes de los Consejos Territoriales, señalados por la misma población de estar implicados en la venta ilegal de tierras comunales, facilitando documentos de dudosa legalidad a terceros. La división interna de MASTA, principal organización indígena de La Moskitia, provocada por luchas de poder internas y favorecida desde afuera, ha debilitado todavía más las reivindicaciones del pueblo miskito.
¿Y qué pensar del Estado? ¿No deberían los poderes del Estado hacer cumplir las leyes y normas que ellos mismos han dictado en favor de los pueblos indígenas? Ciertamente, son muchos los organismos implicados en el tema: INA, Policía Nacional, Fuerzas Armadas, Fiscalía del Medio Ambiente, Fiscalía de las Etnias… por citar algunas, y sin olvidar a la Presidencia de la República de Honduras; todos estos organismos deben velar porque las leyes se cumplan y se respeten los derechos de todos; especialmente de los pueblos indígenas, que tienen derecho a que se les respeten sus derechos territoriales y a contar con la asistencia legal debida para defender sus territorios.
En nuestras asambleas, como Iglesia Católica, vemos con preocupación, que las municipalidades no parecen tener ningún interés en emitir ordenanzas que ayuden al cuidado del medio ambiente en su territorio, aunque consta como una responsabilidad suya en la Ley de municipalidades: “Protección de la ecología, del medio ambiente y promoción de la reforestación” (Art. 13, Num. 7).
La dejadez de las autoridades y nuestra indiferencia como habitantes de estas tierras, está llevándonos a consecuencias catastróficas que empiezan a ser cada vez más evidentes: disminución de los bosques, destrucción y contaminación de las fuentes de agua, vertidos incontrolados de basura, desaparición de la fauna por sobre-explotación de caza y pesca o destrucción de su hábitat…etc. La Moskitia está dejando de ser, a pasos acelerados, el paraíso de fauna y vegetación que se presenta en las fotos y videos hacia el exterior, sin que nadie parezca ser capaz de evitarlo.
Pero también, nuestras conductas inapropiadas como habitantes de La Moskitia, están provocando la destrucción del medio ambiente. Da tristeza ver el vertido incontrolado de basura en las cercanías de Puerto Lempira; o bien la contaminación de ríos y lagunas con desechos plásticos en nuestras comunidades; sin que haya ninguna alternativa para su tratamiento o reciclaje.
No podemos olvidar, como la parte más trágica de esta problemática, a las personas que han sido asesinadas o gravemente heridas en La Moskitia, por defender el derecho de los pueblos indígenas a su tierra, y cuyas muertes siguen impunes en su gran mayoría. Esperamos que su sangre no se haya derramado en vano.
Al final de esta reflexión, nos preguntamos: ¿puede detenerse o revertirse este proceso de invasión de tierras y destrucción del medio ambiente? Con el esfuerzo de uno solo, no; con la implicación de todos, sí.
- Es necesario un trabajo en red, que una a todos los interesados.
- Es necesario iniciar un proceso de saneamiento del territorio de La Moskitia, que devuelva la tierra a sus legítimos dueños;
- Es urgente que las propias organizaciones indígenas, y en especial los Consejos Territoriales, realicen un saneamiento interno; apartando de sus filas a los líderes implicados en casos de corrupción y venta ilegal de tierras.
- Es necesario que la aplicación de la ley sea igual para todos. No tiene ningún sentido para la protección del medio ambiente que se decomise un cargamento de madera ilegalmente cortada para la venta en Puerto Lempira, pero que, por otra parte, no se actúe cuando se descombran cientos de manzanas de montaña virgen para pastos, en la zona de Wampusirpi, Mocorón o Las Marias. ¿O acaso estos descombros no causan un daño mucho mayor al medio ambiente y empobrecen al conjunto de los habitantes de La Moskitia, privándoles de sus recursos naturales?
- Es necesario que se dicten normativas para la protección ambiental, consensuadas entre distintos organismos: Gubernamentales, Municipales e indígenas; acompañando estas normas de una eficaz educación y concientización ambiental. Tal como se ha realizado con éxito en otras regiones de Honduras. La ONGs pueden jugar un gran papel en este campo.
- Por último, es necesario tener esperanza, apoyándonos en las palabras de Papa Francisco: “¡Basta un hombre bueno para que haya esperanza!” (LS 71); y recordando siempre que Dios-Padre nos acompaña en esta misión: “En el corazón de este mundo sigue presente el Señor de la vida que nos ama tanto. Él no nos abandona, no nos deja solos, porque se ha unido definitivamente a nuestra tierra y su amor siempre nos lleva a encontrar nuevos caminos” (LS 245).
Las personas tienen capacidad de aprender, y los pueblos tienen una memoria histórica, que los hace más sabios: ¿por qué tenemos que repetir en La Moskitia los errores cometidos en otros lugares de Honduras que provocaron desastres ambientales de gran magnitud? ¿por qué tenemos que repetir en nuestros tiempos, en La Moskita, los abusos cometidos en otros periodos de nuestra historia que llevaron al despojo de los territorios de los pueblos indígenas?
Pastoral de la Tierra y Medio Ambiente
Vicaría de La Moskitia-Diócesis de Trujillo
Iglesia Católica
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