“Ustedes no quieren venir a mí para tener vida”
Ex 32, 7-14; Sal 105; Jn 5, 31-47.
Estamos a pocos días de terminar la Cuaresma para iniciar la celebración de la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús. Por ello quiero compartirles una pequeña oración que nos ayude, aunque sea estos pocos días, a darle sentido a la Cuaresma, a ir hacia Jesús para que tengamos vida verdadera.
¿Cuántas veces he vivido estas semanas sin prestar demasiada atención a la penitencia, la abstinencia y la oración? ¿Cuántas veces he perdido los frutos de este tiempo, incluso sin haberme dado cuenta? Pero ¿cómo puedo celebrar de verdad la Pascua sin vivir la Cuaresma? ¿Cómo puedo celebrar con plena alegría la resurrección cuando he evitado participar en la muerte?
Sí, Señor, tengo que morir –contigo, a través de ti y en ti– y de esta manera estar preparado para reconocerte cuando te presentes ante mí, resucitado. Hay tanto en mí que necesita morir: los falsos objetivos, la avaricia, la ira, la impaciencia y la mezquindad… Veo claramente ahora lo poco que he muerto contigo, lo poco que he andado tu camino y lo poco que te he sido fiel. Oh Señor, haz de esta cuaresma un tiempo diferente de otros. Déjame encontrarte de nuevo. Amén. (Henri J. M. Nouwen).
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Silviano Calderón S. C.M.
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