Poema dedicado a los fuertes testimonios de amor a Cristo y su Evangelio, que han sido capaces de derramar su sangre con la esperanza de la Resurrección.
Muero de fe, de amor y de esperanza.
Muero en un Calvario nuevo,
muero teniéndote, amándote y esperándote.
Muero con unas alas en mi alma
y con cadenas imposibles de callarme,
de rendirme y de negarte.
Muero con los salmos y los rezos
que me ponen en la roca.
Muero como si naciera, como si volviera,
como si me fuera nuevamente tras de ti.
Muero humildemente por tu Reino,
muero tras la puerta.
Ya te veo que abrirás, mi Fiel Señor, con palma,
para ser resucitado.
P. Pablo González Sandoval C.M
Chile.
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