Un año en la Confraternidad de Vicentinos en La Frontera/Diáspora

por | Dic 22, 2021 | Confraternidades, Noticias | 0 Comentarios

Para mí, ha sido de mucha bendición, el poder encontrar tantos hermanos contagiados del carisma de san Vicente de Paúl, capaces de poder ayudar a los pobres y comprometidos con el Evangelio de Jesús, sentir compasión de los que sufren y poder ayudar con lo que Dios nos va concediendo .

Durante este tiempo hemos tenido encuentros muy valiosos, primero porque nos da la posibilidad de continuar con la catequesis de adultos. Nos ha traído recuerdos de aquellos momentos que en la catequesis de niños reflexionábamos junto a nuestros catequistas, la famosa frase “miremos la vida”.

Esa vida que, no es otra cosa que lo que nos toca vivir cada día e iluminar con el Evangelio. Uno de los temas, tiene que ver con el despojo de las riquezas de los pueblos, mediante la instalación de proyectos disfrazados de desarrollo. Por ejemplo, las famosas ZEDES en Honduras, los mega proyectos en Petén, con el “K’atun, Nuestra Guatemala 2032” que se traduce en desalojos ilegales a comunidades establecidas desde hace muchos años; las caravanas de migrantes que salen desde Honduras, o de otros países, quienes son reprimidos a su paso por Guatemala y México.

Otro de los temas muy preocupantes, es la realidad en Nicaragua, donde el gobierno mantiene un control de la población y junto a ello las violaciones de Derechos Humanos, según testimonios y artículos de prensa.

Para los de carisma Vicentino, el hecho que Guatemala utilice la fuerza pública para reprimir migrantes que huyen del hambre, es motivo de vergüenza, porque del mismo país de Guatemala, miles de ciudadanos, salen cada día, rumbo a los Estados Unidos en busca de trabajo, porque en su país no se puede vivir.

Represión y despojo a los pueblos, enfermedades que las personas sufren, pero más aún, la falta de atención por parte de quien debería trabajar en favor del derecho a la salud de los habitantes.

Como vicentinos escuchamos cada día el clamor de nuestros hermanos pidiendo ayuda para su salud, llamadas a cualquier hora del día, me hace sentir la necesidad que existe en los hijos de Dios, de ser curado de sus enfermedades. Entre estos, la hija de Amparo, una comadrona (partera) y Promotora de Salud, que desde hace mucho tiempo ayudó a la gente de su comunidad y salvó muchas vidas, hasta que la noche del 01 de septiembre de 2021, ella perdió la vida a la orilla del rio San Pedro, El Naranjo Frontera, Petén Guatemala por una complicación de parto. Ella era la partera que apoyaba a las señoras de su comunidad, pero en ese momento no era posible atenderse a ella misma. ¡Murió! Una llamada de auxilio se recibió a la media noche, cuando vecinos la traían para un hospital, pero faltaban 4 horas de viaje y había que esperar que, una persona de buen corazón, llegara con una lancha a cruzarla del rio, pero eso no fue posible.

No dudes que Dios pone lo demás.

Otra llamada de auxilio llegó desde Rio Esteban Balfate, Colón, Honduras, esta vez Casimiro Ramos, comenta con una vos entre cortada y haciendo largas esperas para recuperarse de un ataque de tos muy prolongado. 7 meses de haberle iniciado una tos que empeora y empeora. Ahora él cree que se acerca el momento de despedirse, porque hasta ahora, ningún doctor le ha dicho qué enfermedad tiene, pero sí le han cobrado miles de dinero que sus hijos, con tanto esfuerzo van consiguiendo. Sin embargo, él siente que la muerte va a llegar en cualquier momento, ya no come, no duerme por la tos, ha perdido mucho peso y se cae cuando empieza a toser. Unos días después una hija (Lucía Ramos) me llama y me dice que quiere traerlo, para que yo lo vea y ella piensa que en el espacio (Casa de Salud) lo podemos curar, yo entro en grandes dudas, si los médicos no han hecho nada que cure su enfermedad, no creo que nosotros podamos.

Son 15 horas de viaje, en tiempo corrido, más todo lo que hay que hacer en el camino, trámites etc., podría ser un viaje muy difícil de realizar, porque él estaba muy enfermo de los pulmones. Uno de sus hijos pensó igual que yo, y optó por pedirme de favor que yo hiciera el viaje de Petén Guatemala para Honduras, esto también no es fácil por todo lo que implica viajar en medio de la pandemia.

El Viaje.

Después de una jornada de atención en la Casa de Salud, inicié el viaje llevando conmigo las dudas si ¿Podré hacer algo para salvarlo de la muerte?

Lo que sí es seguro, llegaré para despedirme de mi tío. Pensaba en ¿qué enfermedad tan fea tendrá que lo está llevando a la muerte?

Cuando llegué, inicié a sacar una historia médica y un examen general, no entendía qué enfermedad era, le di unas pastillas que sólo calmaron la fiebre. Ya cansado me dormí, cargando conmigo las dudas. En mi oración de la mañana siguiente, una petición a Dios fue: “poder entender esa enfermedad”, “poder dar un diagnóstico”, “no quiero regresar a Petén, diciendo lo mismo que los médicos”. Volví donde él estaba y veo en el esputo, señales de Tuberculosis. Se llevó una muestra del esputo al laboratorio y la máquina confirmó la presencia de bacterias.

Él está grave, y necesita iniciar tratamiento cuanto antes. Iniciamos a buscar el tratamiento y un mensaje compartido al grupo de Vicentinos en la Frontera/Diáspora, daba las mejores señales de que podríamos ayudar. Escuchar la voz de Martha Crespo y su disposición de acompañar a la familia de mi tío, en la búsqueda del tratamiento. Mientras la esperanza de vida de mi tío Casimiro se apagaba, los vicentinos hacíamos el esfuerzo para encontrar las medicinas.

Aquí, quiero agradecer con todo el corazón la cercanía del Padre Flavio y el apoyo del Presidente de la Familia Vicentina de Honduras Edgardo Fuentes, que luego se puso en contacto con el Dr, del Centro de Salud de Balfate, para la búsqueda de tratamiento. Por fin llegó el tratamiento y el tiempo de espera se redujo a cero.

Hoy la salud de mi tío Casimiro Ramos, va en recuperación, lentamente pero va. Es muy alegre escucharlo decir: ¡Ya estoy en tratamiento!, ya como, ya duermo, ya no tengo fiebre, ya tengo menos tos. La familia está feliz y muy agradecida, porque ha vuelto la esperanza de vivir.

Lección

Hermanos sintámonos dichosos de este privilegio que, sólo se le confía a los que saben contemplar la grandeza de Dios. No necesitas ser un superman para salvar vidas, si no una persona que sabe escuchar la voz de Dios en el que sufre y estar dispuestos a dar lo que puedes y lo mejor que tienes. No dejarnos llevar por las dudas que sólo salen por nuestra debilidad, porque la fuerza de Dios es más grande. Gracias a todos los Vicentinos en la Frontera/Diáspora por hacer presente a Dios, en medio de esta realidad, gracias también a los Médicos y amigos que han demostrado tanta solidaridad por esta situación.

 

Si quieres ser parte de esta experiencia salvadora y deseas participar de nuestra Confraternidad puedes comunicarte con el coordinador Víctor López, al WhatsApp (502) 31360775 o al correo electrónico isvictrop@gmail.com

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