“El Señor es mi defensa”
2 Mac 6, 18-31; Sal 3; Lc 19, 1-10.
La buena nueva que hoy llega a nosotros es Jesús que viene entrando a nuestra vida por medio de su palabra invitándonos a conocerle. Él quiere venir a nosotros para cenar juntos, nos invita a bajarnos del árbol, es decir, de nuestras seguridades y comodidades, para vivir la experiencia de encuentro con el Dios que en Jesús se hizo carne para darse a sí mismo como ofrenda agradable para nuestra salvación.
Hoy viene a cenar con cada uno de aquellos que quieren conocerlo, y la cita es en el interior de cada corazón. Es ahí donde sucederá la renovación de la vida, un renacer que abre nuestro entendimiento a los planes que Dios tiene para nosotros, que transforma nuestros planes y proyectos de vida dándoles un sentido trascendente.
Cuando cada quien se desprende de sus miedos, inseguridades, injusticias y de toda infidelidad, para darle lugar al proyecto del Reino de Dios en su vida y corazón, es entonces cuando suceden los milagros. Se experimenta un cambio de vida que da sentido trascendente a la existencia de cada persona, buscando, a partir de ese momento decisivo de conversión, amar y servir en todo a Dios y al prójimo.
Así se pueden comprender los actos de Dios en el mundo, por medio de las personas que buscan ser constructoras de paz y de justicia.
Bienaventurados ellos, porque serán llamados hijos de Dios.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Seminaristas del Seminario Vicentino de Tlalpan, Ciudad de México
0 comentarios