Este poema está pensado en ese tiempo valioso y perdido que ya no volverá. Corremos, volamos y nos creemos muy importantes por estar tan ocupados pero dejamos por eso de atender bien a nuestros prójimos.
Partir sin tiempo
Iba en mi ropa un reloj,
fui despojado de todo
y lo perdí con su tiempo.
Desenlace penoso,
acabar como el polvo
con mil horas perdidas.
Viví con orgullo fatal
de creerme excelente
por correr ocupado.
Atendí de reojos
a quien pidió un minuto
y dejé llorando por horas.
Si el reloj marchara atrás
daría yo ese tiempo,
pero Dios me lo ha quitado.
P. Pablo González Sandoval C.M
Chile
Excelente! Felicidades por la inspiración que nos llama a no perder el tiempo, a darlo a nosotros mismos y a quien nos necesite. Saludos desde El Salvador.