“Vayamos con alegría al encuentro del Señor”
Ap 21, 1-7; Sal 24; Fil 3, 20-21; Jn 11, 17-27.
Hoy es un día muy especial para los que creemos en la resurrección y recordamos a aquellos que han compartido su vida con nosotros.
Jesús va a Betania, conmovido por la muerte de Lázaro, su amigo; pero no solo va a llorar su partida, tiene algo más que mostrar y es, por una parte, la vida y el poder inmenso de Dios y, por otra, la misericordia divina, aún más grande.
Podemos correr el riesgo de centrarnos solamente en el acontecimiento del milagro de la resurrección de Lázaro y olvidarnos que Jesús viene a mostrarnos el amor del Padre, la bondad con la que Dios ve a sus hijos y que el único que tiene poder sobre el cielo y la tierra sigue siendo Dios.
Que Dios nos muestre el verdadero sentido de la amistad y la verdadera manera de acercarnos a Él, siendo verdaderos cristianos que entiendan que lejos de Jesucristo es más complicado llegar a la vida auténtica. Que Cristo sea para nosotros el verdadero camino, la verdad y la vida.
Que todos nuestros fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Así sea.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Seminaristas del Seminario Vicentino de Tlalpan, Ciudad de México
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