“Luchen por entrar por la puerta estrecha”
Rom 8, 26-30; Sal 12; Lc 13, 22-30.
El Evangelio nos muestra hoy una realidad que nos cuesta entender y reconocer: unos hombres van a alcanzar el gozo pleno y otros no podrán acceder a él. ¿Por qué unos sí y otros no? ¿Qué es lo que hará la diferencia? En este pasaje evangélico encontramos algunas claves interesantes.
Los salvados: dos son las características que los definen, según Jesús: son los que se esforzaron en permanecer fieles al Señor todo el tiempo, y son los que caminaron por la senda estrecha, aunque esto representó sacrificios, con tal de llegar a la meta final. Incluso Jesús sugiere que, cuanto más duro fue el camino, más hermosa y gozosa será la meta.
Los no salvados: No se trata de que Dios quiere privar a algunos hombres de la salvación eterna; Él ha muerto por todos, asegura su ayuda a todos, pero a la vez respeta nuestra libertad. No se salvan quienes no lo desearon, quienes no le escucharon ni prestaron atención a su mensaje, y mucho menos se esforzaron por ponerlo en práctica. Por eso el Señor les responde ese duro “no los conozco”.
Pidamos a Dios Padre la gracia de poder hacer vida su Palabra y cumplir siempre las enseñanzas de Jesús en el Evangelio.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Guillermina Vergara Macip, AIC México
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