“Mujer, quedas libre de tu enfermedad”
Rom 8, 12-17; Sal 67; Lc 13, 10-17.
El evangelio de hoy nos dice que Jesús enseñaba en una de las sinagogas en sábado y estaba ahí una mujer enferma desde hacía 18 años. Andaba encorvada y de ninguna manera se podía enderezar.
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: “mujer quedas libre de tu enfermedad”. Jesús con su palabra le anunció a la mujer la libertad y con el toque de su mano le dio la salud. Vio en ella una gran miseria y una tremenda necesidad y al ponerle las manos, al instante la mujer se enderezó y glorificaba a Dios.
El jefe de la sinagoga, enojado porque Jesús había curado en sábado, decía a la gente: seis días hay en la semana para trabajar, vengan, pues, en esos días y no en sábado. A esto el Señor le respondió diciendo: ¡Hipócrita! ¿No desata cada uno de ustedes a su buey en sábado y lo lleva a beber? Y a esta hija de Abraham, a quien satanás ha tenido atada por dieciocho años ¿no se le puede dar la libertad, aunque sea sábado?
Cuando Jesús decía estas cosas todos sus adversarios se avergonzaban y todo el pueblo se regocijaba por los signos gloriosas que hacía y las palabras sabias que decía. Alegrémonos nosotros también porque, para Jesús, vale más la dignidad y la libertad de esta mujer que todas las leyes.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Guillermina Vergara Macip, AIC México
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