La suavización de las medidas restrictivas a causa de la pandemia ha facilitado que comiencen tímidamente las reuniones presenciales, con todas las medidas de prevención que aún siguen siendo necesarias, pues estamos aún en una situación de pandemia global, y hay que ser conscientes que debemos reiniciar los encuentros presenciales con las debidas precauciones.
Así, este fin de semana, del 22 al 24 de octubre, tuvo lugar un encuentro del Programa de Colaboración de la Familia Vicenciana (VFCAP) en el complejo social que las Hijas de la Caridad tienen en Villaobispo de las Regueras (León, España). Unas 45 personas —todas vacunadas— de 7 ramas de la Familia Vícenciana, provenientes del área correspondiente a la provincia canónica de España-Norte de las Hijas de la Caridad, se encontraron para comenzar el programa de formación y colaboración, que se completará en una futura segunda sesión que tendrá lugar en noviembre. Además, otro grupo de miembros de la Familia VIcenciana pudieron seguir las charlas a través de Internet.
Respetando en todo momento las medidas se seguridad y prevención (todos realizaron una prueba previa de antígenos de covid-19, 48 horas antes del encuentro), la reunión se desarrolló con la alegría de poder encontrarse de nuevo como Familia Vicenciana para profundizar en nuestra realidad como movimiento formado por ramas y personas imbuidas del carisma de san Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillac, que desean caminar juntos aportando a la Familia sus propias características y dones. En esta primera parte se desarrollaron dos módulos del programa VFCAP: «El vicenciano es un visionario» y «El vicenciano es un colaborador». En grupos tuvimos también la ocasión de desarrollar ejemplos de colaboración que se pueden llevar a cabo a la hora de implementar proyectos que reunan a vicencianos de distintas ramas o realidades sociales. No faltaron tampoco los tiempos de oración y celebración, así como de esparcimiento y fiesta. Tuvimos también la oportunidad de conocer alguna de las obras de asistencia y apoyo a las personas con riesgo de exclusión o en situación de calle que la Familia Vicenciana tiene en la ciudad de León.
En medio de la inmensa alegría de poder encontrarse, no dejamos de recordar a todos (vicencianos, allegados y personas asistidas) los que nos dejaron en este año y medio pasado. Pedimos a la Virgen Milagrosa que interceda por todos, y a nosotros que nos permita volver, lo más pronto posible, a nuestra actividad previa a la pandemia.
Erradicar la pobreza no es un acto de Caridad, es un acto de justicia. Mi misión: ayudar a los más pobres.
San Vicente nos dijo que los pobres son nuestros amos y señores. Nnca olvidemos de ayudar aquien nos necesita.