“La cosecha es abundante pero los trabajadores son pocos”
2 Tim 4, 9-17; Sal 144; Lc 10, 1-9.
El envío de los setenta discípulos a evangelizar cada pueblo y lugar, nos recuerda que nadie está fuera del abrazo de Dios.
“La fe para mí, nos dice el Papa Francisco, nació de un encuentro personal, que tocó mi corazón y dio una nueva dirección y un nuevo sentido a mi existencia”. Pensemos cómo, en la vida de un cristiano, todo empieza con el encuentro con Jesús.
Vemos en este pasaje un fuerte sentido de misión, la misión de todo cristiano. Yo soy uno de los setenta que son enviados a preparar el camino del Señor. Mediante la misión de los discípulos y las discípulas, Jesús trata hoy de renovar y reorganizar las comunidades cristianas para que sean de nuevo una expresión del Reino de Dios.
Debo ser testigo de Cristo y de su mensaje con mi vida. ¿Veo este llamado no solo como un deber sino como un gran privilegio?
Señor tú me invitas a estar contigo en misión, concédeme un corazón libre, que yo pueda viajar liviano y evitar aquellos enredos que no conducen a la vida. Ayúdame a permanecer enfocado en ti y a propagar la buena noticia.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Guillermina Vergara Macip, AIC México
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