“Dios no se olvida ni de uno solo”
Rom 4, 1-8; Sal 31; Lc 12, 1-7.
Las enseñanzas de Jesús quieren alertar a sus discípulos de las actitudes que no son propias del Evangelio. Una sola palabra las resume todas: hipocresía.
Nuestro testimonio de fe debe ser coherente y auténtico. Junto a la autenticidad, Jesús nos invita también a no tener miedo y a confiar. En el camino de la fe estas tres actitudes se encadenan y se siguen una a la otra para dar el fruto que pide la conversión: una vida evangélica.
Cristo nos advierte que debemos temer al pecado, porque ése sí que nos puede llevar a donde no queremos. Mientras vivimos, tenemos esperanzas de conversión, de autenticidad, de fidelidad. Mientras caminamos en este mundo, estamos a tiempo para acceder a las gracias que obtuvo para nosotros Jesús, en su pasión, muerte y resurrección.
Hoy festejamos a una Doctora de la Iglesia, Santa Teresa de Jesús.
Ojalá podamos decir como ella: “Tu deseo sea de ver a Dios, tu temor, si lo has de perder, tu dolor que no le goces y tu gozo lo que te pueda llevar a Él”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Guillermina Vergara Macip, AIC México
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