“María ha escogido la mejor parte”
Jon 3, 1-10; Sal 129; Lc 10, 38-42.
A Jesús le complacía hospedarse en la casita de Betania porque allí tenía buenos amigos que lo querían y lo acogían con gusto. Lázaro, Marta y María eran amigos y confidentes de nuestro Señor.
Marta se deja ganar por lo urgente y sacrifica lo importante: la escucha de la palabra del Señor. Marta acoge a Jesús en su casa, pero María lo acoge dentro de su corazón.
Por eso, creo que habría que preguntarnos hoy a qué damos nosotros más importancia en nuestra vida: al “actuar” o al “ser”; al activismo o a la reflexión, la oración y la contempla- ción, que son condiciones indispensables para una acción fecunda en el apostolado y en general en la vida. Si no tenemos el corazón lleno de Dios, nuestra acción será sólo un ruido vacío y estéril.
No se trata de preferir una de las dos actitudes y de descartar la otra. Hemos de unir las dos dimensiones en nuestra vida: oración y acción, escucha y servicio, reflexión y trabajo.
Pero siempre poniendo lo primero, lo esencial, en el lugar que le corresponde. Elegir la mejor parte, como María de Betania.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Guillermina Vergara Macip, AIC México
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