“Caminaré en la presencia del Señor”
Is 50, 5-9; Sal 114; Sant 2, 14-18; Mc 8, 27-35.
En el evangelio de este domingo Jesús inicia una intensa instrucción a los discípulos. Les acaba de dar a conocer su verdadero rostro: él es el Mesías, pero toda su labor ha de pasar por el sufrimiento, la condena y la muerte, camino que acepta recorrer. Al tiempo que Jesús va revelando su verdadero rostro, los discípulos descubren las exigencias de su propio seguimiento: creer es aceptar un compromiso vital que lleva a dar incluso la vida por el Señor.
Seguir al Jesús tomará un nuevo rumbo, no solo implicará acompañarlo compartiendo su estilo de vida y misión, ahora pedirá a sus seguidores identificarse con él hasta compartir su mismo destino: hacerse esclavos de los demás, “perder la vida”, cargar con la cruz. Será un paso definitivo para quedarse solo con Jesús, abandonados, como él, a la voluntad del Padre.
Jesús ha dado un sentido nuevo al camino del seguimiento. A partir de ahora sabemos que seguirle no es solo unirse a un proyecto, sino identificarse con él llegando, si es necesario, hasta la cruz. Pidamos al Señor nos ayude a caminar siempre en su presencia.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: César Lara Rincón C.M
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