El jueves, 2 de septiembre del corriente, tuvimos la oportunidad de reunirnos en torno a la Confraternidad de Vicentinos en la Frontera (Diáspora).
Como de costumbre, nuestro encuentro estuvo lleno de experiencias, desafíos y compromisos Vicentinos, que entretejen nuestro diario peregrinar y fortalecen cada uno de nuestros pasos con el talante de nuestros mártires y santos fundadores.
En esta oportunidad, como miembros de esta confraternidad, queremos compartir con ustedes dos pequeños videos que reflejan el privilegio que tenemos de hacer lo mismo por lo cual el mismo Jesús se hizo carne entre nosotros y nos señaló el camino. Debo precisar que ambas experiencias no hubieran sido posible sin el apoyo invaluable de los miembros de Salud Peten, quienes nos han ayudado para adquirir los alimentos a compartir y con la generación de las alianzas.
1. El primero videoclip nos recuerda el momento en el cual hemos venido alimentando al Pueblo (hijos predilectos) de Dios, después de haber sido considerados sin lugar y regresados a tierra extraña… abandonándoles a su suerte o infortunio. En dicha experiencia no solo hemos logrado alimentarles, sino también que – como Confraternidad de Vicentinos en la Frontera – hemos logrado unir nuestras fuerzas con otros aliados… llegando a conseguir que la perversa decisión de ir a tirar a nuestros hermanos migrantes a la frontera de El Ceibo no siga siendo una llaga sangrante cuyos lamentos sigue elevándose al cielo. Ha sido una experiencia muy dolorosa el constatar como a través del engaño MPP (por sus siglas en inglés, que significa: Políticas de Protección al Migrante) se han atrevido a tirar (si, así mismo: tirar, descartar, eliminar, etc.) a nuestros hermanos en un lugar de la frontera (México – Guatemala) que no cuenta con las mínimas condiciones.
2. El segundo videoclip muestra una de las formas en las que venimos haciendo vida LAS BIENAVENTURANZAS, desde la espiritualidad Vicentina, al momento de reclamar, defender y proclamar los derechos de los migrantes y nuestras comunidades… a ser tratados con dignidad y respeto. No es nada fácil, pero al mismo tiempo es fascinante, pues nos hace entender mejor el Evangelio de la vida y el llamamiento de San Vicente a hacer de la realidad de los más pobres, NUESTRO PESO Y DOLOR.
GRACIAS FAMILIA VICENTINA POR PERMITIRNOS GLORIFICAR EL NOMBRE DE DIOS CON EL SUDOR DE NUESTRA FRENTE Y EL ESFUERZO DE NUESTROS BRAZOS.
Víctor López.
Confraternidad de Vicentinos en la Frontera/Diáspora
Coordinador
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