“Dejándolo todo, lo siguieron”

Col 1, 9-14; Sal 97; Lc 5, 1-11.

Un nuevo escenario se nos dibuja hoy, situados en el lago de Genesaret. Los pescadores (futuros apóstoles) están cansados, fruto de la larga jornada laboral durante la noche, pero basta la confianza en la “palabra del Señor” para poder animarse a tomar de nuevo los remos, ir mar adentro y lanzar nuevamente las redes.

Los frutos obtenidos por la confianza puesta en la palabra de Jesús nos hacen ir “mar adentro”, “dejarlo todo”, aventurarnos para ir hasta las profundidades del alma y encontrarnos con aquel que ha de ser el centro de nuestra vida.

Pedro, ante el desbordamiento de peces, se siente pequeño, abrumado, pecador. El asombro se había apoderado de él, pero el encuentro profundo con Jesús, al igual que a sus compañeros le hará tomar la determinación de “dejar todo y seguirlo”. Esto supone un cambio radical de vida, requiere admitir la idea de que Dios vive en ti.

Pidamos la intercesión de los Beatos Pedro Renato Rogue, Juan Gruyer y Luis José Francois, mártires vicentinos, para que podamos ser fieles al seguimiento de Jesucristo y a la proclamación valiente de nuestra fe.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: César Lara Rincón C.M