“¿Qué tendrá su Palabra?”
1Tes 5, 1-6. 9-11; Sal 26; Lc 4, 31-37.
San Lucas brinda una resonancia recreadora de Dios a través de la palabra de Jesús, devolviendo a la humanidad y a toda la creación, el rastro y el rostro del Espíritu de un Dios que es Padre, y que se manifiesta en su fuerza restauradora de la bondad que había sembrado, desde el principio, en todo lo existente.
Para que el Reino de Dios comience a manifestarse, es necesario quitar lo que no es de Dios en nuestras vidas, callar aquellos pensamientos, sentimientos, decisiones, acciones y actitudes que nos desnutren y desnutren la vida de los demás, esa es la orden que Jesús da a ese espíritu inmundo: “cállate y sal de ese hombre”. Y asumir el plan de vida que el evangelio nos proponía el día de ayer en la sinagoga de Nazaret: dejarnos llenar y guiar por el Espíritu de Dios que se expresa en la manera de pensar, sentir, decidir, actuar y perseverar de Jesucristo.
Señor, que tu Palabra se convierta en mi punto de referencia, que me permita siempre revisar mi caminar, mis decisiones y mis relaciones, hasta que tu rastro y tu rostro se manifiesten en mis acciones y actitudes para conmigo y para con los demás. Amén.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick Fernando Martínez Benavides, CM.
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