“Lo que ha unido Dios, que no lo separe el hombre”

Jos 24, 1-13; Sal 135; Mt 19, 3-12.

El evangelio de hoy nos presenta una controversia que le plantean los fariseos a Jesús respecto al matrimonio (pero que viene bien para considerar cualquier tipo de vocación): “¿Le está permitido a la persona renunciar a su opción fundamental de vida (matrimonio, sacerdocio, vida consagrada) por cualquier motivo?”

Tengamos presente que, en el mundo judío, la mujer siempre necesitaba de un varón adulto que la respaldara o cualquiera podría cometerle una injusticia; por ello, el tema del divorcio siempre la dejaría en desventaja, y abandonarla por cualquier motivo sería una inconciencia. En este sentido, cuando nosotros asumimos una vocación como proyecto de vida, nos hacemos solidarios para nutrir la vida de los demás, pero si abandonamos nuestra opción de vida por cualquier motivo, no sólo empobrecemos nuestro mundo, sino también el mundo en común con los demás.

Señor, que nos invitas a anunciar el Reino desde distintos tipos de vocación, permítenos elegir con sabiduría y prudencia, y permanecer fieles a la opción que hagamos, para ser fecundos en el bien. Amén.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Erick Fernando Martínez Benavides, CM.