“Danos una señal, le decían…”
Éx 14, 5-18; Éx 15; Mt 12, 38-42.
En este pasaje del evangelio, los conocedores de la Ley piden a Jesús una señal. Le han visto curar enfermos y perdonar pecados, pero eso no les ha bastado para reconocerle. Ante la insistencia, Jesús responde que no tendrán más señal que la del profeta Jonás. Con esta respuesta les está adelantando sobre su pasión, muerte y resurrección (Jonás pasó tres días en el vientre de la ballena); sin embargo, ellos no lo entendieron. Y nosotros, ¿lo hemos comprendido?
Hoy, ante la pandemia que nos ha tocado vivir a lo largo de ya más de un año, ¿cuáles han sido esas señales que tú y yo hemos pedido a Jesús? ¿Será que acaso hemos llegado a pensar que se ha quedado dormido en la barca y no se ha dado cuenta de la tormenta que nos aqueja? ¿Será que quizá le hemos implorado que nos deje ver una señal para asegurarnos que él sigue pendiente de nuestras necesidades? En medio de esta crisis hemos podido ver tantas manos que se brindan cada día en el sector salud; hemos escuchado de otras tantas mentes que han puesto su conocimiento para el desarrollo de medicamentos yvacunas; hemos sido testigos de muchas personas más que comparten su tiempo para escuchar y acompañar a quienes más quebrantados van por el camino. ¡Esas son las señales de que Jesús camina en medio de nosotros!
Te pedimos Señor, ayúdanos a hacer viva la invitación que hemos recibido desde nuestro bautismo: ser signos de tu presencia para los demás.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: María Raquel Estrada Díaz.
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