La Pasión de Cristo es una de las fuentes más beneficiosas que proporciona y facilita una unión más íntima con nuestro Señor y traza un camino seguro hacia la santidad, como nos recuerda la Sagrada Escritura: “Sed santos, como yo soy santo” (Lv 11: 44). Por tanto, la meditación de la Pasión de Jesús ha sido uno de los temas favoritos de San Vicente de Paúl y de muchos otros santos a lo largo de la historia de la Iglesia. Hoy, como Hijas de la Caridad, estamos llamadas a poner en diálogo la Pasión de Jesús con los calvarios de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, en las periferias de nuestras ciudades y en los rincones olvidados del mundo. Que el amor de Cristo crucificado nos impulse a ir más allá de la ley del “ama a tu prójimo como a ti mismo”, a seguir la ley extrema de Jesús: “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”.
Fuente: https://www.filles-de-la-charite.org/
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