La depresión clínica, es una enfermedad grave y común que nos afecta física y mentalmente en nuestro modo de sentir y de pensar. La depresión nos puede provocar deseos de alejarnos de nuestra familia, amigos, trabajo, y escuela. Puede además causarnos ansiedad, pérdida del sueño, del apetito, y falta de interés o placer en realizar diferentes actividades.
Todos los días recibimos llamadas de personas que necesitan ayuda porque alguno de sus familiares están sufriendo depresión, cuando visitamos familias para ayudar vemos casos de mayores y de jóvenes que están deprimidos y que no salen de la cama o están en un sillón con la vista perdida. En todos estos casos nosotros tratamos que todas estas personas visiten un medico porque estamos consientes que la depresión no es un estado pasajero sino una enfermedad, que puede llevar a que esa persona pase, a ser un creador de graves problemas en el hogar.
Casi todos nosotros hemos sentido alguna vez, una inmensa tristeza en nuestras vidas. Esto es normal. Pero si esta tristeza o actitud depresiva continúa por más de dos semanas, se debe buscar ayuda. Sentir tristeza es normal, estar deprimido clínicamente no lo es.
La depresión clínica no es simplemente una angustia, es también una tristeza o melancolía permanente. Nos lleva a sentir inútiles, sin esperanza; a veces, es posible que nos queramos dar por vencidos. La depresión clínica causa pérdida del placer en la vida diaria, tensión en el trabajo y en las relaciones, agrava condiciones médicas e incluso puede llevarle al suicidio.
Cuando migramos y dejamos atrás en nuestro país nuestra familia y amigos más queridos; cuando sentimos falta de habilidad para comunicarnos; cuando nos resulta difícil entender e integrarnos a una nueva cultura. De acuerdo a nuestra experiencia estos son los casos que mas tenemos que ayudar porque el dejarlo todo y venir a un país que habla un idioma diferente es en verdad un grave problema, es ahí donde debemos trabajar ayudando a los doctores, hablándoles y que se sientan que no están solos que estamos acá para ayudarles y que toda la familia vicentina esta a su completa orden.
Hay algunos factores que tienen mucho que ver con que caigamos en una depresión clínica y estos son algunos de ellos: Sexo, antecedentes familiares que lo hayan padecido, uso de algunos medicamentos, dificultades que se nos presentan en la vida, pérdida de control de nuestras vidas, contraer enfermedades graves, uso del alcohol y las drogas principalmente entre los jóvenes que van buscando placeres insospechados y caen en una depresión grave.
Las maneras más comunes de tratar la depresión clínica son suministrando medicamentos, psicoterapia, o una combinación de ambos. La elección que hará su doctor dependerá de la severidad de los síntomas por ello es que nosotros insistimos que sean vistos por un facultativo,
Sin embargo, la presencia de nuestras ramas vicentinas llevándoles amor y dándoles la seguridad de no sentirse solos vale mucho en estos tratamientos, invitémoslo a que asistan a nuestras reuniones, que visiten lugares donde puedan recibir lecciones espirituales que le lleguen a sus mas intima capacidad mental y lo más importante que se levanten de esa depresión sintiendo que Dios está a su lado para llenarlos de valor, recuerden que la oración mueve montañas.
Yo se que para mucho de vosotros pedirles que acojan a un depresivo y lo ayuden, primero, con la ayuda clínica: pero insisto para mí, es más importante, el amor que le demos y llevarles a su corazón la idea que no eres un vicentino que lo visita sino un verdadero amigo, que a partir de ahora estarás a su lado hasta que juntos podamos paliar el porqué de haber caído en ese estado. Recuerden que no solo del pan vive el hombre. Nuestro amor es más importante que la ayuda material, nosotros no somos visitadores sociales, nosotros estamos llamados a rescatar de las tinieblas a un hermano y llevarlo a seguir las huellas de nuestro divino maestro: Jesucristo.
Por Víctor Martell
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