La Piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya
Hech 4, 1-12; Sal 117; Jn 21, 1-14.
En ocasiones nos encontramos como los apóstoles en nuestras barcas y no vemos a Cristo en nuestra vida a pesar de estar tan cerca nuestro.
Una de las cualidades que vio Jesús al escoger a sus apóstoles, seguramente fue su paciencia inquebrantable. “Habían intentado pescar toda la noche”, nos narra el evangelista, y seguían intentando. Esta es la virtud que nos pide Jesús a nosotros: paciencia en nuestro apostolado. Los resultados, con frecuencia, no los vemos enseguida.
El Señor nos pide a los cristianos la paciente espera de los pescadores. Ser constantes y confiar que el Señor puede, a través de nosotros, repetir la pesca milagrosa. Lo importante es que podamos distinguir a Jesús en medio de los acontecimientos de la vida.
La fe es un requisito importantísimo, aunque tarden los frutos en venir, aunque no veamos nosotros los resultados de nuestros intentos.
Digamos como dijeron los apóstoles: “en tu nombre echaremos nuevamente las redes”. Ofrezcamos nuestras manos, confiados en que Él sabrá cómo aprovecharlas.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Alicia Duhne
gracias.