Tim Poole comparte su historia de enfrentar las luchas de frente a través de un programa llamado «Exodus 90», un entrenamiento básico para el espíritu. Trabajar en sus problemas personales y comunicarse con Dios a través de la oración hizo que Tim se sintiera energizado, rejuvenecido y listo para difundir su alegría a los demás.
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Nota: los videos son en inglés, pero ofrecemos la traducción al español a continuación del video.
Transcripción:
Es necesario el sacrificio, la entrega total de uno mismo; la oración es una gran herramienta para esto. Es la mejor herramienta de hecho, porque nos estamos comunicando, estamos dialogando con aquél que da forma a todo. Mi primo y yo decidimos hacer una camino llamado «Exodus 90». Es una práctica de 90 días de, ellos lo llaman ascetismo. Teníamos que rezar una Hora Santa todas las mañanas, y hacer un examen todas las noches, misa al menos una o dos veces a la semana, adoración una vez a la semana, tomar duchas frías, no comer dulces. Después de un par de meses de la pandemia, me sentí muy aislado y fue en ese aislamiento que muchas cosas que había estado ignorando, espiritual, emocional y personalmente, comenzaron a… tuve que enfrentarlas. Tuve que enfrentarme a las cosas que había estado ignorando durante tanto tiempo en una vida tan ocupada y en un mundo tan ocupado. Cambió por completo. Fue como si hubiera limpiado un desván que no había sido limpiado en mucho tiempo. Todo se sentía mucho más limpio, supongo que es una buena palabra. Fue como una especie de renacimiento. Y ahí empecé a aceptar que era mayor y que tenía más responsabilidad que cuando era niño, cuando llegué a la fe. Y salí de esos 90 días de oración, y me pusieron en un buen camino. Así que creo que la oración es la mejor manera de saber dónde estás en relación con Dios.
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