“José fue el padre de Jesús y el esposo de María”
2 Sam 7, 4-5. 12-14; Sal 88; Rom 4, 13-18; Mt 1, 16-24.
Sabemos del origen divino de Jesús, y sabemos también que es parte de la humanidad. Si el evangelista San Lucas nos relata la vida de Jesús desde el punto de vista de María, por su parte el evangelista San Mateo lo hace desde el punto de vista de José, quien aparece como un buen judío, obediente a la ley. Dios interviene y le cambia sus expectativas de vida, llamándolo así a un nuevo nivel de obediencia. José se da cuenta que ha sido llamado a una tarea muy especial: cuidar a María y a su Niño, quien a su vez tendrá una misión divina: salvar al pueblo de Israel del pecado, por eso se llamará Jesús.
No todas las decisiones a lo largo de nuestra vida se nos presentan suficientemente claras de manera que sea fácil saber lo que es correcto y lo que no lo es. Nos movemos casi siempre ante situaciones verdaderamente difíciles, en las que habrá riesgo de equivocarnos, decidamos lo que decidamos. Necesitamos orar para que el Espíritu Santo nos de sabiduría y discernimiento.
Señor, que San José y la Virgen María sigan siendo para nosotros modelo de fe y obediencia a tu voluntad.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Adrián Acosta López C.M.
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