“Las obras que yo realizo atestiguan que mi Padre me ha enviado”
Éx 32, 7-14; Sal 105; Jn 5, 31-47.
Hoy, mirando hacia atrás, no deja de llamar la atención lo que van generando las opciones y las acciones de Jesús: Ha curado a un paralítico, profanando el sábado, día sagrado, y ha optado por el desvalido por encima de la norma… y todo esto tiene consecuencias. Él denunciaba un modo de actuar y de leer las Escrituras que podía generar erudición, pero no el encuentro con el Dios Vivo.
Qué bueno si en este tiempo cuaresmal frecuentamos un poco más la Palabra de Dios, nos familiarizamos con ella, guardamos como un tesoro en nuestro corazón su mensaje, dejando que nos transforme sin oponer resistencia.
Pidamos al Espíritu Santo que cada lectura de la Sagrada Escritura nos haga crecer en conocimiento y en relación con Jesús, el enviado del Padre. Que podamos reconocer el testimonio verdadero de quien no se promueve a sí mismo, ni se exalta a sí mismo, sino que procura la voluntad del Padre.
Señor, que me atreva a realizar cambios en mi vida a la luz del testimonio y las opciones de Jesús.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Adrián Acosta López C.M.
0 comentarios