“El Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre”
Is 49, 8-15; Sal 144; Jn 5 17-30.
Jesús y su Padre están siempre en actividad creadora, permanentemente en acción amorosa a nuestro favor. La oración de San Patricio lo expresa muy bien: Cristo conmigo, Cristo frente a mí, Cristo tras de mí, Cristo en mí, Cristo a mi diestra, Cristo a mi siniestra, Cristo al descansar, Cristo al levantar, Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí, Cristo en la boca de todos los que hablen de mí, Cristo en cada ojo que me mira, Cristo en cada oído que me escucha.
Si Jesús está siempre en comunicación/oración con su Padre y de esa fuente de inspiración saca la fuerza para estar siempre haciendo su voluntad -y así lo vemos, por ejemplo, lavando los pies a sus discípulos-, entonces hoy podemos decir que benditos sean aquellos que lavan los baños, los que recogen la basura en las calles, los que se ocupan de cuidar a los ancianos y a los encamados. Nunca estamos más cerca de Dios que cuando estamos sirviendo.
Señor, hoy nos recuerdas que lo que sea que hagamos, lo hacemos contigo. Y que lo que hagamos a otros, te lo hacemos a ti.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Adrián Acosta López C.M.
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