“El que quiera asegurar su vida la perderá”

Deut 30, 15-20; Sal 1; Lc 9, 22-25.

Todo nos habla de asegurar la vida, tener estabilidad económica, asegurar la escuela para los hijos, etc. Pero hoy nos dice Jesús que de nada nos servirá todo eso, si perdemos la vida (la vida eterna). No muchos piensan sobre la vida eterna, sobre cuidar y salvar el alma, lo que, a fin de cuentas, es lo que vale. Porque esta vida se acabará de una forma u otra, pero Jesús nos dice que, si la perdemos por su causa, por el reino, por Él, la tendremos asegurada.

Valdría la pena plantearnos en serio la razón de nuestra vida, ¿en qué o en quién la estamos gastando? No sea que al final nos demos cuenta que la hemos desperdiciado.

Hoy se celebra la memoria de San Francisco Regis Clet, gran misionero vicentino en China, donde trabajó durante 30 años hasta entregar la vida martirizado un día como hoy, pero de 1820, en Wuchang, Wuhan. En uno de los escritos enviados a su hermano expresaba: “La escasez de misioneros en este vasto imperio no me permite la inconsistencia de volver a Europa, pues, como dice el proverbio, ‘más vale que la tierra sea labrada con amor, que dejarla absolutamente sin cultivo’.”

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Gilberto Velarde Osuna