¡Gracias Hermanos en el Carisma Vicentino! por ayudarnos a ayudar a nuestros Hermanos Damnificados en Nicaragua de los Huracanes Eta e Iota
Cuanta ALEGRÍA nos da expresar en nombre de la Familia Vicentina en Nicaragua “GRACIAS” por la ayuda que recibimos de la Oficina de la Familia Vicentina, ubicada en Filadelfia, y de otros miembros de la Familia Vicentina radicados en Miami entre ellos un Exalumno de Colegio Vicentino al igual que hermanos que compartimos el carisma acá en Nicaragua, hermanos de Conferencia de Quetzalque se hicieron presente con víveres y dinero en efectivo al igual que AIC Managua y León, Comunidad Educativa del Colegio Santa Luisa de Marillac, quienes vivenciaron el gesto de la Viuda del Evangelio dieron el único centavo que poseían y con ellos hicimos llegar significativo aporte en víveres, efectos higiénicos y en efectivo a nuestros hermanos de la Región Atlántica y de otros lugares del Área del pacifico fuimos participe en la entrega y de continuar la Misión que Vicente de Paul hizo; seguir las huellas de Jesús al cumplir la misión a como nos refiere Jesús en la Parábola del buen Samaritano «Vete y haz tú lo mismo». Haz sido de gran beneficio para los hermanos que por consecuencias de los fenómenos naturales han tenido que sufrir los embates de dos huracanes donde perdieron lo poco que tenían Nuestros “Amo y Señores Los Pobres” además de estar marcados con una historia de discriminación social, extrema pobreza y con una experiencia reciente de no acompañamiento y asistencia e indiferencia médica ante la pandemia del Covid -19 que estamos viviendo.
Todo eso hace que los pobres cada día estén más en la miseria por el gran alto índice del desempleo lo que induce cada día más a deambular por las calles con la esperanza de encontrar un trabajo o algo que les ayude a conseguir para alimentos y las necesidades básicas en su hogar.
Confiando que la labor en el servicio al carisma continúe siendo convincente ante el grito de los Pobres y respondiendo a la Palabra del testamento de Jesús. «Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.»
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