“Una enseñanza nueva expuesta con autoridad”
Heb 2, 5-12; Sal 8; Mc 1, 21-28.
Seguimos leyendo el evangelio de Marcos y acompañamos a Jesús en su misión: el domingo 10 leímos sobre su bautizo; ayer atestiguamos que Jesús proclama la buena noticia del Reino de Dios que está llegando, y leímos su convocatoria a los primeros discípulos, quienes dejan sus redes para ir con él y se convierten en “pescadores de hombres”.
En el evangelio de hoy Marcos nos presenta a Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm enseñando, tal como era la labor habitual de los maestros de la ley cada sábado. Pero todos se admiraron al notar algo distinto: Jesús enseñaba con autoridad, no leía lo escrito nada más por leerlo. No, esa lectura la vivía, la interpretaba, hacía que penetrara en los corazones de los que escuchaban. Tan fue así, que un espíritu impuro que había tomado posesión de un hombre gritó: “¿Has venido a destruirnos?”. Y Jesús lo enfrentó haciendo que saliera del hombre.
¿Y nosotros? ¿Dejamos que las enseñanzas de Jesús entren a nuestro ser y expulsen nuestros demonios?
¿Aceptamos convertirnos y ser sus discípulos?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Hna. María Gloria Laguna de San José
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