“¿Quién eres tú?”
1 Jn 2, 22-28; Sal 97; Jn 1, 19-28.
Juan el Bautista es el precursor, “la voz que clama en el desierto” anunciando la llegada del Salvador. Tuvo una gran aceptación en su época y dentro de su comunidad; cientos de personas se le acercaron pidiendo ser bautizados en el río Jordán, impactados por su persona y por su mensaje. Tuvo un grupo de discípulos que lo siguieron y, después, algunos pasaron a acompañar a Jesús.
Juan fue consciente de su misión, de su inicio y de su término. Por eso, cuando le preguntaron: “¿Quién eres tú?”, responde describiendo su actividad, que fue preparar al pueblo para recibir a Jesús.
No acepta ser el Mesías, aunque varios así lo pensaban. Rechaza ser Elías vuelto a nacer, como algunos lo insinuaban. Nada más describe lo que hace: bautizar con agua para disponer al pueblo a la llegada del Mesías, de quien confiesa no ser digno ni siquiera de desatar la correa de sus sandalias.
Pidamos a Dios ser como Juan, saber cuándo no nos corresponde acaparar reflectores ni usurpar puestos y honores. Somos instrumentos de una misión y debemos aceptar nuestro lugar, tanto en la familia como en nuestra comunidad.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Hna. María Gloria Laguna de San José
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