Primer escenario:
Hace tres años, tuve la oportunidad de acompañar a una comunidad llamada “Laguna Larga”, ubicada en el departamento del Petén (Guatemala). Esta comunidad estaba integrada por 120 familias. Fue desalojada sin misericordia por el gobierno y los principales adoradores del dios dinero, debido a intereses económicos: la construcción de un gran centro turístico (Mega Proyecto) llamado Cuatro Balam. En dicho tipo de proyecto los pobres no tenían cabida.
Actualmente, las 120 familias se encuentran viviendo en la línea fronteriza, entre Guatemala y México. Mujeres, niños, jóvenes, ancianos y otros se encuentran abandonadas a su suerte, sin ayuda del gobierno; viviendo en champas y sin posibilidades de trabajar la tierra; sin acceso a la educación, salud e infraestructura… ¡¡¡porque no había lugar para ellos en el Mesón!!!
Segundo escenario:
El basurero municipal de la ciudad de Guatemala fue establecido en 1953. Actualmente es uno de los basureros más grandes en toda Latinoamérica. A diario se añaden toneladas de basura provenientes de la ciudad de Guatemala y de nueve municipios aledaños. Se considera que alrededor de 1.200 personas viven y se alimentan de lo que a diario recolectan en medio de estas toneladas de basura putrefacta. Cada uno de ellos son hermanos nuestros, quienes también han sido invisibilizados por nuestra sociedad.
Sor Lidia es una hermana de la Caridad que, por vocación, trabaja en este lugar. Diariamente lo visita para llevar un poco de consuelo a través de la Palabra de Dios y la presencia Vicentina entre nuestros Amos, Maestros y Señores, quienes nos enseñan a vivir la VERDADERA RELIGIÓN. La sola presencia de la hermana y, aún más, la red de caridad que se ha venido entretejiendo entre todos estos hermanos, ha hecho mucho bien a las personas que allí viven. Sor Lidia ha expresado que, aún en medio de esas infrahumanas condiciones, estos hermanos nuestros son ejemplos de solidaridad y ternura cristiana. ¡¡¡OTRO MUNDO ES POSIBLE!!!
Tercer escenario:
Hace 40 años, 3 religiosas (Ita Ford, Maura Clarke, Dorothy Kazel) y una laica misionera (Jean Donovan, de origen estadounidense), fueron capaces de DAR RAZON DE NUESTRA FE con la entrega fiel de su propias vidas en El Salvador. Con tal de llevar alimentos y medicinas a los desplazados por el conflicto armado, y de ayudar a las familias más pobres, fueron capaces de VIVIR EL EVANGELIO CON RADICALIDAD. Ellas vivieron su vocación de servicio hasta el último respiro. ¡A 40 AÑOS DE SU MARTIRIO, NOS SIGUEN MOSTRANDO EL CAMINO!
Estos tres escenarios, nos muestran la realidad que sufren los más pobres en Guatemala, El Salvador y toda América Latina. El mismo flagelo, las mismas víctimas, y el mismo silencio cómplice…
Todo ello sucede porque una gran mayoría, de nosotros, nos volvemos indolentes y cerramos los ojos a la realidad crucificada de cada uno de estos hermanos nuestros. Pero, gracias a Dios, existe gente que, POR VOCACIÓN DE SERVICIO, ESTÁ DISPUESTA A DAR LO MEJOR QUE ES Y TIENE, PARA TRANSFORMAR EL MUNDO SEGÚN LA VOLUNTAD DEL ENMANUEL, OFRECIENDO SU PROPIO MAIZ, FRIJOL Y SANGRE POR EL BIEN DE LOS EMPOBRECIDOS Y LA CONSTRUCCION DEL REINADO DE DIOS.
Esa es la idea fundante de nuestra Confraternidad de Vicentinos en La Frontera/Diáspora. Ante todo pretendemos poder restablecer la dignidad humana que el Señor nos ha confiado, a través del servicio desinteresado y haciendo vida el llamamiento de San Vicente de Paúl: “Hacernos cargo de la realidad que nadie quiere aceptar, contemplar y adorar: EL PUEBLO POBRE QUE SE MUERE DE HAMBRE Y SE CONDENA”.
Si estas interesado en formar parte de esta hermosa experiencia, puedes comunicarte con nuestro Coordinador Víctor López isvictrop@gmail.com
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