“El señor está contigo”
2 Sam 7,1-5. 8-16; Sal 88; Rom 16, 25-27; Lc 1, 26-38.
Decíamos ayer que el evangelio de San Lucas establece paralelos entre los orígenes del Bautista y de Jesús el Cristo.
Al presentar, ahora, el origen del Cristo, nos ofrece unos datos simbólicos desconcertantes: la familia de Jesús no es de origen sacerdotal, sino real, y en esta ocasión el protagonismo no lo tendrá José, el varón, sino María, que no sólo no es estéril, sino además será fecunda en abundancia por un desborde de la gracia del Espíritu de Dios que suscita así una Nueva Alianza. Además, no sólo no quedará muda, sino que, como signo de la acción de Dios, proclamará la grandeza del Señor y se convertirá en portadora de esa alegre noticia que será el fruto de su vientre, Jesús, cuando corre presurosa de Galilea a Judea para volver a unificar el reino del Norte con el Reino del Sur, divididos desde la muerte de Salomón, y para anunciar a todas las naciones que el Señor también es su salvador.
Pidamos al Señor nos conceda remontar los límites que nos impiden, en nuestro diario vivir, estar dispuestos a reiniciar nuestra vida en Cristo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Erick Fernando Martínez Benavides C.M.
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