“Señor, tus obras son maravillosas”
Apoc 15, 1-4; Sal 97; Lc 21, 12-19.
Cuando en una sociedad, sea la familia o algún otro grupo, inclusive de la Iglesia, no se viven los valores que Cristo nos enseñó, los valores del Reino de Dios, emergen situaciones adversas de injusticia y una destrucción interna del grupo, porque se impide la relación de amor mutuo.
Cuando la situación es adversa por los antivalores que predominan en cualquier grupo, la tarea del cristiano se hace difícil y más indispensable su presencia y su acción. El evangelio de hoy nos alerta para no tener miedo ni desanimarnos en el anuncio del Reino en medio de las adversidades: “Los perseguirán, los llevarán a los tribunales y a la cárcel, hasta sus propios parientes y amigos los traicionarán. Matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía”.
¡Qué dicha entregar mi vida para la causa de Jesús, dar vida donde hay muerte, devolver alegría a quien está triste, construir la paz donde hay odio, traer unidad donde hay división! Tengamos confianza en la misión, Jesús nos asegura: “Yo les daré palabras sabias… si se mantienen firmes, conseguirán la vida”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Jesús Arzate Macías C.M.
0 comentarios