“Sígueme…”
Job 9, 1-12. 14-16; Sal 87; Lc 9, 57-62.
En el camino a Jerusalén se presentan a Jesús tres posibles discípulos. Uno le dice entusiasmado: “¡te seguiré a donde quiera que vayas”. Jesús le aclara que compartir la vida con Él, que nada posee, es una opción exigente. Otro también está dispuesto a seguirle, pero solo después de haberse despedido de los suyos; el Señor le hace ver que quien elige seguirlo no puede mirar hacia atrás. Finalmente Jesús invita a uno más: “Tú ve a anunciar el Reino de Dios”. Seguir esta aventura de amor no admite demoras, no admite instalarse o retrasar las decisiones.
¿Somos nosotros hombres y mujeres disponibles, dispuestos al seguimiento de Jesús, cada uno desde su vocación, en libertad, desde el amor, la fe y la esperanza? ¿Somos hombres y mujeres que siguen a Jesús con alegría, poniendo la confianza total en Él, sin perder el rumbo, según los criterios del evangelio?
¡Enséñanos Señor el camino de la vida, Tú tienes palabras de vida eterna!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
María Mares Padilla HC
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