“Jesús recorría ciudades y pueblos anunciando el Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que le ayudaban con sus bienes”
1 Cor 15, 12-20; Sal 16; Lc 8, 1-3.
Lucas nos presenta a algunas mujeres, como seguidoras fieles que acompañaban a Jesús y participaban en su ministerio. Algo inédito e impensable para la mentalidad y cultura judías de aquel tiempo.
Jesús les reconoce la misma dignidad que a los varones, se relaciona abiertamente con ellas, les brinda su amistad, atiende a sus necesidades. Escoge a María como Madre y envía a una mujer, María Magdalena, a comunicar a los discípulos su resurrección.
Vicente de Paúl también supo poner todos los dones femeninos al servicio de la caridad, al cuidado de los pobres. Su primera fundación es, justamente, una asociación de mujeres que atienden a los necesitados.
¿Qué nos toca hacer ahora a nosotros?
Necesitamos poner al servicio del Reino, cada vez más, la riqueza complementaria de todos, hombres y mujeres, en la Iglesia y en la sociedad.
¡Santa María, enséñanos a seguir a Jesús!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
María Mares Padilla HC
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