“Yo te perdoné toda tu deuda… ¿no debías tú hacer lo mismo?“
Sir 27, 33-2, 28-9; Sal 94; Rom, 7-9; Mt 18, 21-35.
El Señor es clemente, misericordioso y compasivo, siempre rico en perdón. Tal como el rey de la parábola que hoy nos propone Jesús.
Nosotros seguramente muchas veces hemos hecho como el siervo, a quien su amo había perdonado una deuda impagable.
La medida del perdón la decimos en el Padre Nuestro: “Perdónanos como nosotros perdonamos…”
Así, si hemos sido perdonados, hemos de perdonar.
Cuando hemos experimentado el perdón sin límites de Dios, aprendemos a perdonar sin límites, de corazón, no sólo siete veces, sino setenta veces siete, es decir siempre, como le dijo Jesús a Pedro. Perdonar más allá de nuestros sentimientos, rencores, malos entendidos…
¡Tú que siempre nos perdonas porque nos quieres mucho, enséñanos a perdonar!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
María Mares Padilla HC
0 comentarios