“El que se gloría, que se gloríe en el Señor”
1 Cor 1, 26-31; Sal 32; Mc 6, 17-29.
Hoy recordamos a Juan (hijo de Isabel, la prima de María) de quien Jesús dice: “No ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él”. Juan es uno de los pocos que en la liturgia tiene dos fiestas: una el 24 de junio, donde celebramos su nacimiento y otra hoy, que recordamos su martirio.
En Juan encontramos un gran amor a Dios y un celo por cumplir y hacer cumplir su voluntad. En el pasaje de hoy vemos que estaba preso y muere decapitado por decir a Herodes que, aunque fuera el Rey, no le estaba permitido hacer lo que fuera y que su relación con Herodías no era lícita.
En este pasaje podemos encontrar mucho de lo que el mundo nos ofrece: ambición, mentira, rencor, abuso de poder… sin embargo Juan nos enseña, como dice Pablo a los corintios, que hemos sido elegidos e injertados en Cristo para, con nuestras limitaciones, hacer ver la gloria de Dios y reducir a la nada a los que valen.
Señor, dame la fuerza y el valor para mantenerme fiel a ti y ser signo de contradicción para el mundo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Patricia de la Paz Rincón Limón
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