«¿Por qué piensan mal en sus corazones?»
Am 7, 10-17; Sal 18; Mt 9, 1-8.
Jesús ve mi corazón tal como es, conoce mi interior y el de cada uno de sus hijos. Algunas veces yo misma no sé lo que pienso o por qué lo pienso, ni reconozco mis sentimientos, pero Jesús, en su sabiduría, lo sabe todo.
“Viendo la fe de aquellos”: Jesús nos ve, escudriña nuestro corazón y nos da lo que necesitamos: A uno lo cura físicamente por la fe que tiene; a los otros los confronta para sanar sus corazones y sus mentes heridos de soberbia. Hoy Jesús me pregunta: “¿Por qué piensas mal en tu corazón?…” ¿Por qué las cosas “deberían” ser de la manera y en el tiempo que tú quieres?
Señor Jesús, concédeme hacer un examen de conciencia frente a ti, cara a cara. Dame luz y humildad para no tener miedo de ver aquello que está mal en mi corazón y en mi mente y pedirte perdón desde el fondo de mi alma. Dame el regalo de arrepentirme. Permíteme acudir a la confesión. Gracias por este sacramento y perdón por las veces que no he valorado la gracia que en él me brindas. Te pido por todos los sacerdotes que nos confiesan. Hoy hago el propósito de confesarme, si es posible cada mes. Madre, refugio de los pecadores: Ruega por nosotros.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Carmen Elisa Arteaga Solís
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