“El Señor me libró de todos mis temores…”
Hech 12, 1-11; Sal 33; 2Tim 4, 6-8. 17-18; Mt 16, 13-19.
Dios, en su Hijo, nos ha revelado su amor y su misericordia, y nos llama a compartir nuestra fe, a ser contemplativos aún en medio de nuestra vida ajetreada y a crecer en santidad llevando a cabo, responsable y generosamente, nuestra propia misión.
Jesús, por su parte, nos hace una pregunta personal, una pregunta directa al corazón: ¿Quién dice la gente que soy? ¿Quién dices tú que soy yo? Y también nos pide una respuesta personal, formarnos un criterio propio. Nos pide dar nuestra propia opinión y compartir la experiencia que tenemos de Dios.
Si no sabemos responder quién es Jesús, es porque no hemos tenido una experiencia profunda de él, y no nos hemos dado la oportunidad de conocerlo.
Estamos llamados a hacer un camino diferente con Jesús, a reconocerle con valentía sin murmurar ante las dificultades de la vida. Dios da a cada uno según su generosidad y su fe. Hoy tendríamos que responder a la misma pregunta y proponernos vivir así como creemos:
¿Quién es Jesús para ti?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Yolanda Elvira Guzmán Yeh, H.C.
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