“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad…”
2 Heb 10, 12-23; Sal 39; Lc 22, 14-20.
“Tomó luego pan y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía.”
Hace unos dias me invitaron a comer en una aldea. Al llegar ahí, había una mesa preparada sólo para los misioneros; preocupada pregunté si la familia no se iba a sentar a la mesa con nosotros Para mi sorpresa, los niños se sentaron a comer en el suelo, en círculo con sus platos y cada miembro de la familia tenía su plato en la mano, al mismo tiempo que nosotros. Sentí deseos de llorar al contemplar eso, por un momento guardé silencio y comprendí que compartir el pan no consiste unicamente en estar en una misma mesa, sino en partir el pan juntos en medio de esa alegría y bondad que brota del corazón.
Palabra y pan en la mesa se vuelven una cosa, dice el Papa Francisco, como en la última cena cuando todas las palabras y señales de Jesús, se condensaron en el gesto de partir el pan y de ofrecer un cáliz.
¿Qué tanto me comparto en mi forma de partir y compartir el pan?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Yolanda Elvira Guzmán Yeh, H.C.
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