“¿Qué hacen mirando al cielo?”
Hech 1, 1-11; Sal 46; Ef 1, 17-23; Mt 28, 16-20.
La Ascensión del Señor es la culminación del misterio de Cristo, quien después de la prueba y de la humillación es glorificado, y el Padre lo sienta a su derecha en el cielo.
En el evangelio escuchamos la trasmisión de la misión que Jesús hace a sus apóstoles y a la iglesia; les pide continuar su obra, hacer posible que la vida esté por encima de la muerte. Nos llama a todos a ser misioneros.
La misión no concluye allí, apenas va a comenzar de verdad. A los discípulos, que contemplaban el momento en que subía Jesús al cielo, se les hace un reclamo: Galileos, ¿qué hacen allí mirando el cielo?, no pueden malgastar el tiempo, tienen que comenzar a ser misioneros de misericordia, de tolerancia, de perdón, de unidad; misioneros de justicia y de amor. ¡Solo una vida llena de gracia es capaz de cumplir con la misión encomendada!
Y el envío no se limita a un lugar determinado sino a todo el mundo, a todos los ambientes donde un cristiano puede y quiere llegar, recordando en todo momento la promesa de Jesús: “Yo estaré con ustedes… hasta el fin del mundo”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Elizabeth Sánchez Rangel, H.C.
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