Al respecto, recuerda que el día que se decretó el “estado de alarma” tenían de alta a 39 personas, “de ellas una está en su pueblo y no tiene teléfono, y otras tres están en el Centro Penitenciario, con lo que son 35 personas a las que acompañamos en este momento”.
A estas personas se suman unos 4 o 5 antiguos participantes, que como indica el coordinador, “seguimos manteniendo la relación, y en estos días les estamos llamando también”. La nueva rutina de “Ranquines” es llamarles cada día a todos, “para ver cómo están, cómo se encuentran, para que puedan desahogarse con nosotros y gestionar un poco la ansiedad”. Asimismo, se gestionan otros temas más prácticos.
Necesidades de medicación y compras
“Les hace falta medicación, productos de higiene, y hay cinco personas que semanalmente les estamos llevando la compra”, relata. Por un lado, porque tienen alguna dificultad económica, y “también para evitar que salgan”. Es de suma importancia la gestión de su medicación para unos tres o cuatro, “y cada semana se la llevamos”.
Francisco Berbegal asegura que esta situación “es dura para todo el mundo”, pero indudablemente, aclara que para las personas con un problema de salud mental, “la ansiedad siempre es un elemento que aparece ahí, y desequilibra mucho”. Este coordinador detalla que también les aparecen pensamientos, “porque ahora tenemos mucho tiempo, y aparecen pensamientos recurrentes, obsesivos, y todo ello crea también mucho malestar”.
Pero su sensación es “que lo están llevando muy bien”, de hecho, resalta que, en algún caso, “incluso mejor de lo que nosotros pensábamos”. También sucede que algunos “se llaman entre ellos”, y también es un motivo de ayuda y de poder hablar unos con otros, determina Francisco Berbegal.
Un cuento para gestionar emociones
También realizan alguna otra iniciativa, como, por ejemplo, enviar algún cuento. “Lo leemos y se lo enviamos para que nos ayude también a reflexionar y a gestionar nuestras emociones”.
El Centro de Día de Salud Mental, “Ranquines”, es una obra común de la Iglesia de Salamanca, respaldada por la diócesis de Salamanca y otras ocho instituciones eclesiales, entre ellas los Misioneros Paúles de la Provincia San Vicente de Paúl-España. Surgió a raíz de la Asamblea diocesana de Salamanca (2104-2016) para ofrecer una respuesta y una atención digna a personas con problemas de salud mental y en riesgo de exclusión social. El Centro fue inaugurado el 27 de septiembre de 2017, fiesta de San Vicente de Paúl, y está ubicado en la Casa de los Misioneros Paúles, en Santa Marta de Tormes (Salamanca).
Fuente: http://misionerospaules.org/
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