“Si el mundo los odia sepan que a mí me odió primero”
Hech 16, 1-10; Sal 99; Jn 15, 18-21.
En el pasaje de hoy Jesús nos ayuda a hacer frente a la oposición del mundo. Jesús no nos promete una vida libre de preocupaciones, no nos presenta tampoco una vida libre de problemas o de enfermedades. Lo que Jesús nos promete es que él estará con nosotros cuando esto pase, no nos dejará solos. Pero también en todo momento seguirá insistiendo en que carguemos con nuestra cruz como él lo hizo y le sigamos.
A veces buscamos que nuestra fe esté libre de adversidades; sin embargo, el camino de fidelidad al evangelio se nos presenta siempre con dificultades, oposiciones, presiones y resistencias. Por eso es necesario aprender a resistir, para no caer en el desánimo. Es importante no responder con agresividad a las provocaciones y presiones que encontramos por ser discípulos del Señor. Siempre habrá personas que no están interesadas en saber nada de Dios, a las que no les dice nada su mensaje de amor.
Los discípulos tenemos que saber que encontraremos obstáculos, y que el temor a ser rechazados o criticados no debe hacernos renunciar a Jesús.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor Elizabeth Sánchez Rangel, H.C.
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