Durante esta pandemia del covid-19, la música, el arte en general, están siendo cauces de expresión de muchos sentimientos que afloran estos días desoladores, donde tantas desgracias nos acechan. El aislamiento físico, la enfermedad y la muerte caen sobre todo el mundo como losas terribles provocadas por un diminuto virus. Pero el ser humano, y más aún el creyente que eleva su mirada hacia el Dios miericordioso que nos ama infinitamente, no puede perder la esperanza. ¡Saldremos de esta fortalecidos! Hasta entonces, vivamos con calma y no desesperemos.
Hace pocos días, Kiki Troia escribía en su cuenta de Facebook:
En estos días me han dicho muchas veces: «Compón algo acerca del coronavirus»; siempre respondo: «¡Ya han compuesto un montón de canciones al respecto! ¿Para qué una más?»
Sin embargo, lo que sí he hecho es rescatar varias canciones compuestas hace tiempo, que nunca había mostrado y que quedaron guardadas esperando el momento oportuno para ver la luz. Todas tienen algo en común: son «Canciones para tiempos difíciles».
Creo que este es el momento oportuno para compartirlas.
El 30 de abril publicó la primera de ellas: una bella canción que invita a la interiorización y a la calma en los tiempos complejos, sabiendo que estamos en manos de un Dios misericordioso que «sabe qué puede pasar» (letras y acordes para guitarra después del video):
Cuando el fantasma de la desazón
te acorrala sin una razón,
cuando un minuto es una eternidad
y la luz se vuelve oscuridad,
en esa noche cerrada
cuando todo se convierte en nada,
cuando te ahogue el dolor:
respira.
En ese instante de desolación
cuando sientes que todo acabó,
cuando hasta el cielo parece callar
en la cima de la soledad,
en días de desconsuelo
cuando tu alma se viste de duelo,
en esa hora fatal…
Respira, respira,
respira,
solo respira.
Nunca se sabe qué puede pasar,
cuánto te quedas o cuándo te irás
y hasta que pase la tempestad
tan solo respira, respira.
En el abismo de tu habitación,
en las lágrimas que nadie ve,
en lo profundo de tu corazón,
cuando quedas desnudo y sin fe,
en esas horas marchitas
cuando el miedo te atrapa y te habita
cuando se esfuma la paz…
(Estribillo)
Tal vez mañana te sorprenda el sol
con un nuevo horizonte y un nuevo color
y hasta que el tiempo se lleve el dolor…
Respira, respira,
respira,
solo respira.
Porque solo Dios sabe qué puede pasar,
si hallarás calma o habrá tempestad
y hasta la hora del alba
tan solo respira,
hasta encontrar la salida
tan solo respira.
Mañana será otro día:
tan solo respira,
respira.
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