“Yo soy el pan de vida”
Hech 8, 26-40; Sal 65; Jn 6, 44-51.
Desde luego no es nada fácil hacerse pan. Significa que ya no puedes vivir para ti sino para los demás. Significa que tienes que estar enteramente disponible, a tiempo completo. Ya no puedes protestar si te exigen mucho, si te llaman a cualquier hora y para cualquier cosa. Significa que debes tener paciencia y mansedumbre, como el pan, que se deja amasar, cocer y partir.
Significa que debes ser humilde, como el pan, que no figura en la lista de platos exquisitos; está ahí, siempre para acompañar. Significa que debes cultivar la ternura y la bondad, porque así es el pan, tierno y bueno. Significa que debes estar siempre dispuesto al sacrificio, como el pan que se deja triturar. Significa que debes vivir siempre en el amor más grande, capaz de morir para dar vida, como el pan.
Déjate triturar por los hermanos. Déjate amasar por las contrariedades, los trabajos y los servicios en favor de los hermanos. Déjate cocer por el fuego del amor y del espíritu.
Después ya podrás ofrecerte a todos los que tengan hambre. ¿Estás dispuesto a hacerte pan para tus hermanos?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor María del Pilar Méndez Gallegos H.C.
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