“Quédate con nosotros porque cae la tarde”
Hech 2, 14. 22-33; Sal 15; 1 Pe 1, 17-21; Lc 24, 13-35.
Jesús resucitado ha caminado 30 km con estos discípulos sin ser reconocido. Han conversado sobre lo referente a Él en las Escrituras y han llegado a casa al atardecer.
Invitan al peregrino a quedarse con ellos a descansar para luego continuar su camino. Compartir el pan con Jesús les abre los ojos para reconocerlo: ¡Es el Señor dándose a sí mismo como alimento de los que caminan!
Invitemos al Señor a quedarse también con nosotros, no lo dejemos pasar de largo.
La comunidad reunida domingo a domingo a partir de entonces, celebra en torno a Él el “Día del Señor”, día de su manifestación, de escuchar juntos su palabra y alimentarnos con su cuerpo y su sangre para reemprender el camino y anunciarlo con gozo renovado.
Dejémonos alimentar por Él, llenar de Él, mover por Él, amar por Él; porque quiere quedarse con nosotros, manifestarse, renovar nuestras fuerzas y nuestra esperanza.
¿Le abriremos nuestra puerta?
¿Qué significa para mí participar en la Eucaristía dominical? ¿Cómo se nota en mi vida que participé de la mesa del Señor?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Sor María del Pilar Méndez Gallegos H.C.
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